Ver la televisión podría interferir en el desarrollo lingüístico de los niños. Así lo sugiere un estudio de la Universidad de Washington y el Instituto de Investigación Infantil de Seattle en Estados Unidos que se publica en la revista 'Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine'.
Los resultados extraídos de éste muestran que por cada cuatro horas que los padres pasaban en presencia del sonido de la televisión, éstos hablaban menos palabras y los bebés eran menos propensos a realizar vocalizaciones como respuesta ante ellas.
Sus autores explican que un número cada vez mayor de niños está expuesto a la televisión durante sus primeros años de vida. En este periodo se producen tareas de desarrollo clave como la adquisición del lenguaje, que se promueve mediante la interacción con los adultos.
Los investigadores, dirigidos por Dimitri A. Christakis, tomaron como elementos de estudio a 329 niños con una edad comprendida entre dos y 48 meses y cuyas ropas contenían dispositivos digitales en días aleatorios durante al menos 24 meses para grabar todo lo que escuchaban o decían.Después, estas grabaciones fueron analizadas por un programa con tecnología de reconocimiento de voz que clasificaba los sonidos y contaba las palabras de adultos, las vocalizaciones realizadas por los niños y las conversaciones o interacciones entre adultos y niños.
De este modo, los resultados mostraron que cada hora de exposición a la televisión se asociaba con una disminución de 770 palabras (un 7%), que oía el niño de un adulto durante una sesión de grabación.
Las horas de televisión también se asociaron con una disminución en el número y longitud de las vocalizaciones de los niños y en el número de conversaciones entre niños y adultos.
Para los investigadores, algunas de estas reducciones se deben probablemente a que los niños se quedaban solos frente a la pantalla de televisión, y otras reflejen situaciones en las que los adultos, aunque presentes, estaban distraídos ante la televisión y no interactuaban con los niños de forma perceptible.Por último, los autores plantean que aunque a primera vista estos descubrimientos parecerían intuitivos, deberían interpretarse a la luz de las afirmaciones de los proveedores de DVD infantiles, los cuales señalan que estos productos están diseñados para proporcionar a padres e hijos una oportunidad de interactuar entre sí. Una afirmación que carece de evidencia científica.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/01/comunicacion/1243871298.html
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